
Cuando llega el clima frío, automáticamente pienso en sopas. Este plato es caliente y satisface el apetito, y no necesitas mucho para complementarlo – una sencilla ensalada verde es todo lo que necesitas. Además, las sopas son fáciles de conservar, y pienso que la mayoría saben mucho mejor el día siguiente.
No existe duda alguna de que las sopas preparadas desde cero son más deliciosas. Soy la primera en itir que una deliciosa sopa de pollo se comienza a preparar con un pollo entero, no con una lata o cajita de consomé. Pero cuando no tienes tiempo, puedes preparar una sopa deliciosa, siempre y cuando tengas los ingredientes necesarios en la cocina.
Necesitas empezar con un líquido, y tu mejor opción son los consomés enlatados o en cajitas, los cuales vienen en una variedad de sabores (carne, pollo, vegetales, setas, mariscos). Por lo general, estos le darán un sabor más fresco a las sopas que el que obtendrías con cubitos de caldo (los cuales tienden a ser bien salados). Existen algunas pastas con base de vegetales preparadas con calabaza o brócoli. Los tomates en su jugo en lata también son una forma maravillosa para comenzar, después de ponerlos en la licuadora.
Los frijoles en lata también son una maravillosa base para sopas. Comienza con los frijoles y su líquido, y agrégales más líquido para lograr una consistencia de sopa. El puré de tomate complementa bien a los frijoles negros, mientras que el consomé de pollo o vegetales complementan a los frijoles blancos.
Una vez que escojas el líquido deseado, necesitarás agregarle proteína. Puedes utilizar tu base de calabaza o brócoli y crear una sopa cremosa al agregarle leche regular o de soya, o también puedes agregarle tofu suave y licuarla. Las sopas cremosas son un buen complemento para los mariscos, así que trata de agregarles camarones en lata o congelados, salmón en lata, o almejas picadas en su jugo para preparar una crema.
El pollo en lata o pechuga de pavo son muy convenientes para tus sopas con base de consomé; si tu supermercado vende pollos asados enteros, mucho mejor. Compra uno y agrégale pedacitos de pollo a la sopa para que tenga un sabor casero.
El siguiente paso es el condimento. ¿Quieres que tenga sabor asiático? Agrégale una pizca de salsa de soya, un poquito de pimienta blanca, una pizca de jengibre en polvo o unas gotitas de aceite de sésamo. Para agregarle un sabor “southwest” a tu sopa de frijoles, agrégale un poquito de chile en polvo, comino, orégano y ajo en polvo. Dale un sabor mediterráneo a tu sopa de tomate con albahaca o romero y una pizca de queso parmesano. Para la crema, un poquito de ajo, semillas de apio, pimentón y tomillo serán los condimentos perfectos.
Una vez que hayas sazonado tu sopa, agrégale los vegetales, y recuerda que nunca son demasiados. Mantén algunos vegetales empacados (como espinaca, zanahorias, frijoles de lima, judías verdes, brócoli o vegetales mezclados) en tu congelador y agrégalos a la sopa durante los últimos minutos de cocción. También puedes escurrir una lata de vegetales o maíz y agregársela a tu crema de mariscos.
Para el toque final, si los tienes, agrégale unos cuantos vegetales frescos. Espolvorea perejil picado, zanahoria o calabacita rallada para agregar color y sabor, y tu sopa lucirá como que te tomó horas de preparar – en vez de minutos.
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